El pasado 18 de mayo de 2022 museos de todo el mundo tuvieron la oportunidad de responder a esta pregunta en una de las celebraciones internacionales más mediáticas y concurridas del mundo de la cultura: el Día Internacional de los Museos (DIM).
Esta conmemoración lleva celebrándose desde 1977 “con el objetivo de unificar más las aspiraciones creativas y los esfuerzos de los museos y llamar la atención del público mundial sobre su actividad” [1], no obstante, solo desde hace 30 años, comenzaron a organizarse en torno a un lema que ayudase a reflexionar sobre las diferentes facetas y labores que presentan los museos en un contexto cada vez más diverso y complejo. El lema de este año era claro y potente: “El poder de los museos”. Una ocasión, según la directrices del ICOM, en la que reflexionar sobre las capacidades que tienen los museos para colaborar en ámbitos tan trascendentales y vinculados al desarrollo de audiencias como la sostenibilidad, la innovación para la accesibilidad o la importancia de la educación en la construcción de comunidades. El lema del DIM 2022 planteaba, de este modo, una oportunidad excelente para mostrar -y demostrar- a la ciudadanía todo lo que los museos y sus profesionales son capaces de conseguir en favor del mundo en el que vivimos. En otras palabras: una ocasión para ponerse la capa y mostrar los superpoderes al mundo.
Aprovechar el Día Internacional de los Museos no es fácil, y aún más complicado es generar experiencias significativas y proyectos realmente transformadores en una única jornada. No cabe duda de que limitarse a ofrecer entrada gratuita, una visita guiada especial o un breve recital de música ante una obra pueden ser propuestas atractivas, fáciles de implementar y llamativas propuestas de ocio para celebrar esta conmemoración. Sin embargo, en tanto que actividades puntuales y masivas, su impacto suele ser reducido y representan una debilísima muestra del poder real de los museos. No hay un único modo de hacer las cosas y, lamentablemente, la voluntad no siempre está acompañada de la oportunidad. Pero limitarse a ofrecer este tipo de propuestas si el museo dispone de los medios para embarcarse en proyectos más ambiciosos sabe a poco. Aún más: es una ocasión perdida para mostrar a la ciudadanía la importancia de los museos y su capacidad transformadora.
Por fortuna, no siempre es así. Muchos museos e instituciones se han puesto ya en marcha. El DIM 2022 nos ha ofrecido la posibilidad de descubrir iniciativas inspiradoras que caminan en esta dirección orientándose a audiencias diversas y empleando formatos y metodologías muy variadas. Por citar algunos ejemplos, y sin pretensión de exhaustividad, encontramos propuestas tales como organizar un encuentro informal para compartir un té con tus públicos y crear un espacio de conocimiento y diálogo (Museo Zumalakarregui), ofrecer unas jornadas de artesanía para la comunidad educativa con las que difundir oficios tradicionales de la región (Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife), fomentar la participación comunitaria a través del intercambio de saberes (“¡Cuéntanos lo que sabes!“, del Museo Romano Oiasso), difundir proyectos culturales colaborativos de apoyo a comunidades vulnerables (Memórias LGBT + Goiás), ofrecer un seminario en torno a las capacidades transformadoras de los museos analizando experiencias situadas (El poder transformador de los museos: experiencias de arteterapia, mediación artística e inclusión social, en el Museo Cerralbo) o ampliar proyectos expositivos itinerantes con nuevas piezas y ubicaciones (The Tolerance Project).
Pero existen otros escenarios posibles, no siempre tan optimistas. En ocasiones, algunos museos se encuentran ya trabajando en esta línea, pero encuentran dificultades en presentar ante sus públicos -o, incluso, ante los responsables de la institución- la relevancia de los proyectos que están siendo desempeñados. El escenario puede ser aún peor, y se dan casos en los que ni siquiera el propio museo sabe aún cuál es su poder real. Por otro lado, situar al público y el beneficio comunitario en el centro de la institución, con propuestas estables y de alto impacto es un cambio de paradigma tan necesario como difícil de encajar si los planes estratégicos de un buen número de museos no se revisan y modifican en profundidad.
La sociedad demanda que los superpoderes de un museo sean cada vez más variados, visibles y potentes, hasta el punto de plantearse como funciones esenciales, como elementos identitarios de qué es -o debería ser- un museo si quiere definirse como tal. Como señalábamos, orientarse hacia este modelo no siempre es fácil ni una mera cuestión de voluntad, sin embargo, ningún espacio museal debería renunciar a la oportunidad de plantearse preguntas de gran calado como:
- ¿Qué capacidad tengo para transformar positivamente la sociedad y el contexto en el que me encuentro?
- ¿Qué estoy haciendo para lograr las transformaciones a las que aspiro?
- Si tengo los medios para trabajar con este enfoque y no lo estoy haciendo, ¿a qué se debe? ¿Cómo podría cambiarlo?
- Aún más sencillo: como institución y como profesionales de museos y gestión de públicos, ¿cuáles son nuestros superpoderes y cómo podemos utilizarlos para este fin?
Muchas cuestiones sobrepasarán nuestro margen de maniobra, pero tal y como decía Gandalf en un famoso pasaje de El Señor de los Anillos: “Todo lo que podemos decidir es qué haremos con el tiempo que nos dieron”.
Enlaces
https://imd.icom.museum/es/que-es-el-dim/un-poco-de-historia/
https://www.zumalakarregimuseoa.eus/es/agenda/nos-conocemos-tomando-un-te-3
https://openagenda.com/imd2022/events/jornadas-escolares-de-artesania-en-adeje
https://www.oiasso.com/es/actividades-eventos/actividades/cuentanos-lo-que-sabes
https://www.culturaydeporte.gob.es/mcerralbo/actividades/dim-2022.html
https://tolerance-project.org/about
KRAJCOVICOVA, E; SAN MIGUEL, R.F. y GUIRAGOSSIAN, O (2021). Informe sobre las respuestas de los Miembros del ICOM para una nueva definición de museo. https://icom.museum/wp-content/uploads/2021/12/SPANISH-1.pdf